UD LAS PALMAS: 2
REAL SOCIEDAD: 3
UD Las Palmas: Pindado, Juanpa, David García, Capi, López Ramos, Darino (Nacho González, min. 5), Cobas, Merino, Nauzet (Viyuela, min. 69), Trashorras (Adrián, min. 76) y Marcos Márquez.
Real Sociedad: Riesgo; Gerardo (Míkel González, min. 85), Labaka, López, Castillo, Vaughan, Márkel Bergara, Aranburu, Prieto (Estrada, min. 87), Gari Uranga y Díaz de Cerio (Vigueras, min. 78).
Goles: 1-0, min. 22: Nauzet. 1-1, min. 62: Gerardo convirtió un penalti. 1-2, min. 69: Vaughan. 1-3, min. 74: Díaz de Cerio. 2-3, min. 79: Marcos Márquez transformó un penalti.
Árbitro: Pérez Montero (andaluz). Muy mal. Expulsó a Pindado (min. 3) por pegarle al balón con la mano fuera del área grande. Además mostró tarjeta amarilla a Marcos Márquez, Viyuela -en el banquillo-, Cobas, Aranburu, Díaz de Cerio, Gerardo y Capi.
Incidencias: un total de 8.469 espectadores fueron hoy al Estadio de Gran Canaria.
TEXTO: Redacción Amarillo Hoy
FOTOGRAFIAS: Kenneth Duque Suárez

La Real Sociedad derrotó a la UD Las Palmas por dos goles a tres en un partido con dos partes, dos caras y un protagonista, el colegiado del partido, que abrió las puertas de la victoria realista cuando los donostiarras naufragaban ante un rival que, una vez más, se quedó en inferioridad numérica a las primeras de cambio. El andaluz, pésimo, dejó de pitar un penalti cuando los amarillos ganaban por 1-0 y se inventó otro a favor de los vascos que propició el empate y la reacción visitante. Aún así, Las Palmas volvió a evidenciar que es un equipo endeble atrás y débil anímicamente, un coctel peligroso en una división tan complicada como la Segunda A.
Se repitió la historia, pero esta vez a medias. Parece que UD Las Palmas y Real Sociedad se han aprendido de memoria el guión de sus enfrentamientos en esta temporada. Eso al menos debieron pensar los espectadores que se acercaron hasta el Estadio de Gran Canaria cuando a los cuatro minutos de empezar a rodar el balón un fallo estrepitoso de Capi obligó a Pindado a salir a la desesperada de su área y, según estimó el colegiado de la contienda, a tocar el balón con la mano. Otra vez una tarjeta roja a las primeras de cambio y todo un partido por delante para intentar sacar algo positivo. El sacrificado fue Darino y Las Palmas, que había planteado un partido con presencia arriba, tuvo que replegar líneas y diseñar un 4-4-1 con Márquez como único ariete y esperar a que se produjera el milagro.

Tuvieron que pensar que algo raro estaba pasando sobre el verde capitalino cuando la Real volvió a hacerse dueño del campo aunque sin la profundidad necesaria para agujerear la meta local. También se repitieron el dominio territorial visitante y las dificultades de los realistas para hilvanar ese último pase necesario para que haga la portería más grande y el camino más fácil. De esta manera, Díaz de Cerio se convirtió en la única alternativa del equipo donostiarra (flojo como él solo) pero sin acierto, sin tranquilidad, sin casi nada.
Cosa de brujería, dijeron sin duda los aficionados cuando en el minuto 24, sólo uno después del chispazo de orgullo del partido de Copa, Las Palmas hilvanaba una jugada de estrategia que, gracias a la indolencia visitante, acabó con un remate de Nauzet Alemán que colocaba el 1-0 en el marcador de Naciente. Cosa de brujas, buena suerte, mal fario realista... Lo que estaba claro es que volvía a repetirse la historia con los mismos argumentos.
El gol puso las cosas aún más claras. Juanito mandó a los suyos a esperar el rival para salir al contragolpe y la Real se llenó de ‘yuyu’ enmarañándose en un juego de mucho pase horizontal pero escasa capacidad para inquietar a la defensa rival donde de verdad se hace daño. Y fueron pasando los minutos hasta el descanso y Las Palmas pudo, incluso, anotar algún gol más si Marcos Márquez hubiera conectado un pase de Trashorras a falta de cinco minutos para el descanso.
La segunda parte siguió por los mismos derroteros. Coleman adelantó aún más la posición de los suyos y con la subida de David Bound como media punta, la Real empezó la reanudación con tres hombres arriba aunque la UD aguantó bien la salida en tromba de los donostiarras. Y llegó la jugada clave del partido. El asistente interpretó un leve empujón de López Ramos sobre David Vaughan como penalti en el 61 y los donostiarras, con ayuda arbitral, empataron por mediación de Gerardo. No se lo merecía Las Palmas.
Poco después, el piscinero Vaughan puso el 1-2 con una UD lanzada al ataque poniendo las cosas muy difíciles a los amarillos. Cuando Díaz de Cerio marcó el tercero la cosa parecía terminarse.Márquez tuvo el gol poco después pero tras recibir un penalti de libro echó el balón a corner. El árbitro, malo como él solo pitó otro penalti, esta vez a favor de los amarillos, tras el saque de corner y Márquez puso el 2-3. faltaban poco más de diez minutos y la UD se fue arriba. La Real, incomprensiblemente, se fue atrás y Las Palmas empezó a rondar peligrosamente el área donostiarra. Pero ni con casta. Al final 2-3 en un inicio de campeonato pésimo para los intereses del club amarillo. Lo fácil es consolarse con el robo arbitral, pero la realidad es que con once goles en contra en cuatro partidos, la UD está condenada a sufrir para no perder la categoría. La Real, lamentable.