
Pero volvamos a lo nuestro. El año pasado, el equipo entrenado por Carlos Sánchez Aguiar debutó en casa perdiendo con el Jerez (0-1), repitió derrota frente al Valladolid en Pucela (2-0), ganó en casa al Lorca (2-1), hizo el ridículo en Ponferrada (3-0), se dejó empatar con el Elche después de marcar un 2-0 en poco más de cinco minutos y perdió en Málaga inmerecidamente (3-1). En total, cuatro puntos con un balance de cinco goles a favor y doce en contra. Esta temporada las cosas no han ido mejor y Las Palmas ha sumado un solitario punto y ha recibido la friolera de trece goles en contra. Este año el equipo es colista por diferencia de goles a dos puntos de los puestos de salvación y hace un año era penúltimo a un punto del primero en sobrepasar la línea que marca la frontera con el pelotón de los torpes.
Pese a arrancadas de genio y autosuficiencia, los números están ahí y no mienten. La realidad es que Las Palmas de hoy es peor que Las Palmas de hace un año y que si se gana en casa el próximo sábado (19.00), sólo se igualarán los registros de un entrenador que vio las puertas de la calle tras firmar los números que este año sólo se pueden aspirar a emular en el mismo periodo de tiempo. El debate está en la calle. Juanito sí, Juanito no. Sinceramente creo que cambiar al entrenador en estos momentos no resolvería gran cosa y que hay que dar algunas jornadas más de margen para tomar una decisión en firme. Pero hay que reconocer que este mismo secretario técnico despidió a un entrenador por firmar mejores números que él mismo. Complicado.
En todo caso, es momento de estar junto al equipo y auparlo en pos de una reacción que se hace urgente y necesaria. Como aficionado me niego a pensar que no haya cuatro equipos peores que la UD Las Palmas en Segunda División una categoría que, por historia, entidad y afición debería quedarle pequeña a un club como la UD Las Palmas. El sábado estaré allí, donde me corresponde. Animando y dándolo todo por el club. Sólo puedo exigir que los que me representan en el césped se vacíen para salvar el honor de un club que no se merece ocupar el último lugar del fútbol profesional español.
Fotografía: Canarias7
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