lunes, 29 de octubre de 2007

CD Tenerife – UD Las Palmas: Los amarillos dieron primero

El primer derbi que jugaron la UD Las palmas y el CD Tenerife se disputó el 30 de abril de 1950. La ocasión no podía ser más interesante. La UD venía de ganar con autoridad la Liga provincial de Primera Categoría en su primer año de vida y se plantaba, con ganas, en la Liguilla de Ascenso a la Segunda División del fútbol español. El éxito ya se había conseguido. Con apenas doce meses de existencia, la UD se había convertido en la escuadra más potente de la provincia e intentaba, aún recién nacida, dar el salto a las categorías nacionales. No lo tendría fácil. El grupo de rivales estaba formado por el Melilla, el Imperial, el Ceuta, el Toledo y el CD Tenerife. Quiso el calendario que fueran los tinerfeños los primeros en tocar en suerte y fueron, también, los primeros en morder el polvo ante el huracán amarillo.

Como decíamos con anterioridad, fue el 30 de abril de 1950. Hasta la ciudad tinerfeña se desplazaron en correillo varios cientos de seguidores grancanarios que inauguraban, de esta manera, la historia de viajes al Heliodoro para apoyar a los nuestros. Por el Tenerife formaron Cándido, Chano, Agustín, Arturo, Villar, Victoriano, Juanito, Ledesma, Antonio, Melquíades y Arbelo, mientras que la alineación amarilla estaba compuesta por Montes, Castañares, Juanono, Yayo, Vieira, Tatono, Padrón, Manolín, Tacoronte, Peña y Cedrés.

Empezó el CD Tenerife con ímpetu, pero a los seis minutos de la primera parte, la UD ya mandaba en el marcador gracias a un potente derechazo de Padrón desde fuera del área. Las crónicas de la época dicen que el meta blanquiazul ni la vio pasar. Sólo seis minutos bastaron para que la historia empezara a teñirse de amarillo. El resto de la primera mitad fue un acoso constante del Tenerife sobre área grancanaria, pero sin resultados. La segunda mitad también empezó bien para los intereses de la UD. Leemos ahora la crónica del partido que recoge el libro de la Historia del club: “En la segunda mitad, el CD Tenerife realiza cambios en sus filas. Melquíades pasa a volante y Victoriano a interior. Apenas han transcurrido dos minutos de juego cuando Cedrés, hecho un jabato, escapa por la banda, centra y recoge Padrón que dispara raso para que rechace la base del poste. El rechace lo recoge nuevamente Padrón que mete el balón entre las piernas del meta tinerfeño.

Los locales redujeron distancias en el 35 de la segunda parte, pero no pudieron impedir que la primera victoria en la historia de los derbis se decantara de lado de los amarillos. En la vuelta, la UD volvió a ganar por 1-0 con un tanto solitario de Manolín en el último cuarto del partido. Los periódicos hablan de dominio aplastante de los grancanarios y de una actuación portentosa del meta visitante Manolito que evitó la primera goleada en la historia de los enfrentamientos entre los dos clubes.

Al final, la UD ascendería a Segunda División como segunda de grupo empatada a puntos con el Melilla (14), aunque por detrás de los norteafricanos por diferencia de goles (+8 los melillenses y +6 los canarios). El Tenerife quedaba último de la clasificación con un pobre bagaje de una victoria, un empate y ocho derrotas. Dos de ellas, tuvieron sabor amarillo. En aquella fase de ascenso, padrón, con 6 goles, fue el máximo realizador amarillo, seguido de Manolín (5), Peña (4), Cedres (4) y el mítico Tacoronte (1).

1 comentario:

Anónimo dijo...

Y volveremos a dar compañero!



Piwi